dilluns, 6 de gener del 2014

Un caso real. Felurian (Flurry)

Hace unos meses, antes de verano me traslade a vivir al barrio de Singuerlin, cerca de las Oliveras en Santa Coloma de Gramanet, para llegar a mi puerta hay que bajar unos escalones donde están todas las puertas del vecindario (todo son bajos). La ventana de mi habitación da a estas escaleras y esta apenas a 60 cm de altura. Pues bien, el primer día que llegue a esa casa me quede sola para ordenar y desempaquetar mis cosas, para mi sorpresa oí maullidos (cosa extraña ya que yo tengo 3 perros, pero aun así no estaban presentes) y cuando me gire hacia la venta (cerrada) vi en el alfeizar un gato que me miraba y maullaba. A mi me encantan los gatos, así que me acerque con la esperanza de poder acariciarlo, aunque pensé que se iría, pero no, al acercame y abrir la ventana, para mi desconcierto, el gato entro y se puse a hacerme carantoñas, estuvo toda la tarde conmigo, me hizo que lo cogiese, lo acariciase, le di comida y comió abidamente, pero era extremadamente cariñoso. Era también, en esos momentos, un gato sucio y feo, tenia heridas y sangre por todas partes, estaba plagado de bichos y se le caía el pelo a clapas. Al final se fue, me preocupaba, pero era un gato callejero, se iría al fin y al cabo, además yo no podía quedármelo. No hizo falta, ese gato volvió al día siguiente, y al siguiente, y así todos los días, y comenzó a recuperarse, comenzó a cambiar. Le llamé Felurian por el nombre de un personaje que había leído, se supone que era el nombre que describía un ser bello, y ese gato tenia unos ojos preciosos, tenia pinta de ser bonito, no me equivocaba. Aun así el nombre era muy largo y lo abrevie a Flurry y con el tiempo, así se quedo.

Al poco lo encontré extrañamente bañado y desparasitado, la vecina de arriba también lo había encontrado y lo había llevado al veterinario. Es una mezcla de persa y siamés. Con la nueva compañera de adopción que tenia, también descubrí la historia de ese gato.







Resulta que Flurry era el gato de las antiguas inquilinas del piso que ahora nosotros ocupamos, y al cual abandonaron al cambiarse de piso. Cuando volvió a ver movimiento en la caso volvió con la esperanza de volver a su antiguo hogar, porque los gatos son de un lugar fijo, no les gustan los cambios. Aun asi ahora solo puede entrar a mi habitación porque mis perros no lo toleran, pero el sigue intentando entrar a al resto de la casa, porque la sigue considerando su casa (aunque ahora también duerme en la de la vecina) aun así es triste ver como lo sigue intentando. Pero bueno, ahora esta bien, esta gordo (casi ya no cabe por los barrotes de mi habitación por los que antes entraba con fluidez) y tiene un seguimiento veterinario. A y una novia, la cual ahora también viene a pedirme comida, se llama Yoru (noche en japones), una gatita toda negra. Ahora tengo dos preciosos gatos.

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